domingo, 4 de abril de 2010

Todo comenzó el 15 de diciembre

Parece que el antiguo candidato presidencial chileno está ahora dedicado a ser vocero de su antiguo financista y generalísimo de campaña. En entrevista con el diario La Tercera, Marco Enríquez-Ominami se refirió a los problemas que está enfrentando Max Marambio en Cuba. Ambos formaron una dupla política el año pasado con motivo de las elecciones de diciembre pasado que finalmente gano Sebastián Piñera. Marambio fungió entonces como jefe de campaña del hijo del fallecido hijo del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez. A continuación un extracto de la entrevista:

Max Marambio tiene lazos históricos con Cuba. ¿Es efectivo que la adhesión de él a su candidatura no fueron del agrado del régimen? Cuando Max aceptó coordinar el área política de mi campaña presidencial, fue claro en advertirnos que su incorporación podía no ser bien vista en la isla, así como en Chile. Y asímismo fue, puesto que nuestro programa político es un proyecto diametralmente distinto al que promovía la izquierda conservadora en Chile, así como discrepante con la visión de altos funcionarios de la burocracia partidaria actual cubana, los que en general son muy conservadores en aceptar otros caminos políticos de los que promueven sus socios en Chile. Por lo demás, Max fue uno de los que junto a mí conceptualizamos la opción progresista en oposición a los conservadores de derecha e izquierda.

Se ha informado que Marambio ha tenido problemas con sus empresas en Cuba, ¿Cuál es su impresión?
Cuando fuimos en la delegación presidencial de la ex Presidenta Bachelet en el viaje del año pasado a Cuba, se organizó un seminario empresarial con la delegación chilena y las autoridades cubanas, y en ese encuentro presentaron a las empresas de Max como el paradigma de las mejores empresas de inversión extranjera. Pocos meses después, empezó un proceso de "corralito", donde por razones aparentemente de falta de liquidez, el gobierno cubano no permitía las transferencias a las empresas para que pudieran pagar a sus proveedores externos. Por supuesto que ello ocasionó un deterioro de las relaciones por las razones antes dichas. Casualmente, el 14 de diciembre pasado, al día siguiente de terminada nuestra participación en la elección presidencial, empezó allí un proceso de acoso y derribo contra las empresas de Max. Todo lo anterior se da en un contexto de una situación muy difícil y compleja hoy día en Cuba, que abarca, además, a todos los empresarios extranjeros, tanto canadienses como españoles y chilenos.

¿Qué le parece el que Marambio pase por esa situación, considerando sus fuertes lazos con Fidel Castro?
No tiene nada que ver. Fidel Castro está retirado y la relación de Max con él es personal y afectiva.

La entrevista completa aquí.