sábado, 9 de mayo de 2009

Crítica a priori

Sé que escribo a priori y que eso no se hace, pero para algo están estos blogs y con mayor razón cuando uno está tan inmerso en el otoño austral. Hoy apareció en el diario español El País una columna del ex corresponsal de Televisión Española en La Habana, Vicente Botín. Y allí se afirma que está a punto de sacar a la venta un libro, Los funerales de Castro, sobre su experiencia de cuatro años en Cuba, "escrito con precisión, ironía y mucho sentido del humor y aliñado con los poemas y canciones con que los cubanos tratan de exorcizar sus demonios", como anuncian sus editores. La verdad es que no hay muy buenas experiencias de libros de ex corresponsales en La Habana y menos cuando estos son españoles (que nada tengo contra los ibéricos, aclaro). Basta recordar el caso de Román Orozco con su Cuba Roja. Ahora si consideramos su artículo de hoy podríamos ser un poco más objetivos, con elementos en mano. Pero cuando leemos que "detrás de los cantos marciales se esconde la miseria de un sistema opresor e incapaz que publicita hasta el cansancio victorias pasadas, sobre todo en materia de salud y educación, cuando la isla flotaba en un relativo mar de bonanza gracias al maná soviético", vamos entendiendo que el aporte de su libro no debe ser mucho, con una mirada más propia de la trinchera ideológica que de la experiencia vivida. Y ya no dan ganas de seguir leyendo cuando remata con frases como "Fidel Castro deja una triste herencia después de gobernar durante medio siglo. Nunca en la historia del país una sola persona concentró tanto poder durante tanto tiempo. Nunca se produjo en Cuba una sucesión dinástica. Ahora un Castro sucede a otro Castro y a él le toca organizar los funerales por una revolución que murió hace mucho tiempo". ¿Acaso tenía que vivir cuatro años en la isla para escribir algo como eso, lleno de frases comunes, sin ninguna luz y sin arriesgar una apuesta concreta?