sábado, 1 de noviembre de 2008

Los rusos están de vuelta

Filiberto Castiñeiras
Analista cubano


La más importante y extensa delegación militar rusa en los últimos 20 años acaba de visitar La Habana. La revisión de las condiciones en las Fuerzas Armadas cubanas y en especial de la Fuerza Aérea y la Defensa Antiaérea es el objetivo priorizado. Los sistemas de mando, comunicación y lucha radioelectrónica serán examinados por los oficiales rusos que, además, llevan la misión de asesorar a los cubanos en la explotación de nuevos radares y sistemas de lanzamiento de misiles. La disposición de entrenar nuevos oficiales en escuelas rusas y el suministro de piezas de repuesto para los talleres de las Fuerzas Armadas cubanas engrosan la agenda preparada en Moscú.

Una delegación presidida por el ministro de comunicaciones, Igor Schegoliev, acaba de firmar acuerdos de colaboración en las ramas de infocomunicaciones y la electrónica, además de la apertura de una representación de la agencia rusa de información RIA Novosti en La Habana. El intercambio de especialistas y preparación de personal cubano en escuelas rusas está incluido en los acuerdos.

Otra delegación, esta vez presidida por el ministro de Transportes, Igor Levitin, es esperada en la capital cubana. En los casi 50 años de estrechas relaciones entre La Habana y Moscú se pudiera calificar de excepcional que hayan coincidido delegaciones de tan alto nivel en cualquiera de las dos capitales.

Para el observador atento, las cosas parecen estar desenvolviéndose como en un guión. Las Fuerzas Armadas cubanas desde hace algunos años han actualizado y renovando sus medios de combate de forma muy callada, en contactos con los propios rusos y con el Ejército chino. Por otro lado, el inmenso arsenal que el gobierno de Venezuela ha estado comprando en Rusia y que va más allá de las posibilidades numéricas de su Ejército, bien pudieran estar sirviendo para la reactivación del parque de las distintas armas cubanas. En conocimiento de la técnica y del idioma ruso, los cubanos estarían pagando con el asesoramiento directo en el manejo de aviones de combate, helicópteros y defensa antiaérea.

El gobierno cubano puede asegurar su futuro con el apoyo logístico de los rusos, y aprovechan su apuesta de resurgir como gran potencia, y en total conocimiento de que el apoyo que reciben en estos momentos del gobierno de Venezuela cesaría abruptamente si Hugo Chávez perdiera el poder.

Los rusos, embriagados con el descubrimiento del capitalismo, abandonaron su fuerza y equipamiento militar. El alto mando ruso despertó a la realidad en el reciente conflicto con Georgia, cuando sus tropas se movieron pesadamente y en la práctica se quedaron sin comunicaciones entre los mandos y las unidades. El equipo más moderno que posee cualquiera de sus brigadas fue fabricado en el año 1980 y sus tácticas de combate son las mismas utilizadas medio siglo atrás, según el presidente del Instituto de Evaluaciones Estratégicas, Alexandr Konovalov. En cuanto al armamento estratégico, se han sentido acorralados con los sistemas y acuerdos que, lentos pero seguros, han establecido los norteamericanos en la Europa del Este. Ante esta situación y el futuro que enfrentan, el gobierno ruso ha decidido acometer una reorganización total de las Fuerzas Armadas y convertir su Ejército en estructuras móviles y ágiles, dotadas de armas ultramodernas. El aumento del presupuesto militar para el próximo año a 47.000 millones de dólares, reducir el Ejercito a un millón de soldados para 2012 y la disminución de 200.000 oficiales en los próximos cuatro años, son algunas de las medidas anunciadas por el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov. Todo debe estar a punto en 2020.

La renovada relación entre Rusia y Cuba se ha incrementado gradual e intensamente con la habilidad por ambas partes de restar importancia a cualquier encuentro que hayan celebrado. A los dos, viejos conspiradores de táctica y estrategia, les conviene la negociación. Cuba por asegurar su futuro inmediato y Rusia estaría acercando su trinchera de defensa a Estados Unidos.

Queda una pregunta en todo este nuevo teatro de operaciones. ¿Jugará algún papel el nuevo satélite de comunicaciones que lanzaron los chinos al servicio del gobierno venezolano? ¿Tiene alguna conexión con la nueva alianza de comunicaciones y radioelectrónica ruso-cubana? Quizá estemos contemplando el nacimiento de una estrategia continental. Servir de elemento de presión para los norteamericanos. Cuanta información y de que tipo se puede obtener con el nuevo satélite y quien la puede utilizar está por determinarse. Alertas. Los rusos están de vuelta.